Iglesia Ortodoxa Rusa (Patriarcado de Moscú)
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El día de Nacimiento de Jesus es el día de Nacimiento de nuestro Salvador.

Más de dos mil años atrás en un país muy lejano de este llamado Palestina. Tuvo lugar el más increíble y misterioso acontecimiento celestial. Se encendió en el cielo la estrella más brillante de todos los astros. La población de Oriente sabía que cuando apareciese una nueva estrella entonces nacería el Salvador del Mundo. El Rey, ante quien se inclinarán todas las naciones. Cuya llegada fue predicha siglos atrás por los profetas. Y todas estas predicciones fueron escritos en la Sagrada Biblia.

Los primeros que vieron tan esperada estrella fueron los reyes Magos del Oriente, de Persia. También eran buenos astrólogos. Observaban el cielo descifrando las trayectorias y los movimientos de los astros, y así seguían sus nacimientos y fines aproximados. Con estos conocimientos podían adivinar y hacer las predicciones.
Cuando por fin vieron tan esperada estrella brillante en el cielo la inmensa alegría se apoderó de ellos. Sin más, cogieron los mejores regalos para el Rey recién nacido y se pusieron en marcha en su largo viaje.
Según las predicciones, el Mesías tenía que nacer en la ciudad de Belén. Y es ahí donde se dirigían los Sabios Reyes Magos. Y aunque su camino era largo y difícil siempre fueron guiados por la radiante luz de la estrella en el cielo.

Los sacerdotes santos decían que era un Ángel de Dios que apareció para anunciar la llegada al mundo a nuestro Señor y mostrar el camino a los viajantes.

La divina estrella se movía en el cielo al paso de los Sabios Reyes hasta la misma ciudad de Belén. Y sólo se paró cuando ellos llegaron al lugar donde se encontraba el niño recién nacido.

El niño que tanto deseaban ver los Reyes Magos era el recién nacido Jesucristo nuestro Salvador. Durante la noche, la Virgen María dio a luz al mismo Hijo de Dios en aquellas tierras Palestinas. El nacimiento de Jesús era un misterio e un milagro.

José el esposo, se enteró de su embarazo. Él era justo y no quería denunciarla, decidió repudiarla en secreto. Pero, apenas había tomado está resolución, se le apareció un ángel del Señor y le dijo: "José, hijo de David, no tengas reparo en llevarte a María, tu mujer, porque la criatura que hay en ella viene del Espíritu Santo. Al nacer el bebe le darás el nombre de Jesús, pues el salvará a su pueblo de sus pecados."

Y se cumplirá la palabra de profeta: "De aquí que la virgen concebirá, y dará la luz un hijo, y llamará su nombre Emanuel" (Dios con nosotros) - Isaías 7:14.

Cuando José despertó del sueño, hizo lo que el ángel del Señor le había mandado, y tomó a María por esposa. Y ni antes ni después ellos no han tenido relaciones conyugales.

Al mismo tiempo por el Emperador de Roma anunciado y ordenado el censo de la población por todo el país. Cada ciudadano debería ir a su tierra natal donde había nacido para la inscripción. Por esa razón, José y María fueron la ciudad de Belén, porque él pertenecía al linaje de David.

Cuando José y María legaron a Belén, todos los lugares de alojamiento estaban ocupados y llenas de personas de todo el mundo y la Santa familia tuvo que quedarse en una cueva establo donde los pastores guardaban el ganado en los tiempos de lluvia. Aquí fue donde nació el bebé. María lo envolvió en las tiras de tela y lo acostó en un pesebre. Ella misma pudo ocuparse del niño por qué fue inmaculada y no tuvo los dolores del parto. Así se cumplió la profecía: "El buey conoce a su dueño, y el asno el pesebre de su Señor; Israel no entiende, mi pueblo no tiene conocimiento".

La estrella brillante anunciaba el nacimiento del Señor el Salvador del mundo.

Los primeros quién llegaron a mostrar sus respetos al Señor eran los pastores. En esta misma noche, estaban cerca del establo cuidando de sus ovejas. De pronto, un ángel de Dios se les apareció, y la gloria de Dios brillo, alrededor de ellos. El ángel les dijo: "No tengan miedo. ¡Les traigo una buena noticia que los dejará muy contentos! ¡Su Salvador acaba de nacer en la ciudad de Belén! ¡Es el Mesías, el Señor! Lo reconocerán porque está durmiendo en un pesebre, envuelto en pañales". De pronto, muchos ángeles aparecieron en el cielo y alababan a Dios cantando: “Gloria a Dios en el cielo y paz en la tierra para todos los que Dios ama” (Lucas 2:14).

Los pastores fueron deprisa a Belén donde encontraron a Jesús y a su madre María. Se inclinaron ante el Niño y contaron lo que ángel les había dicho acerca del recién nacido. Luego llegaron los Reyes y también mostraros sus respetos y dieron al niño los regalos y presentes:

Oro como al Rey. Incienso como a Dios. El incienso se quemaba delante de los Dioses por los rituales antiguos. Y, por último, la mirra como hombre a Dios, que moriría para salvar al ser humano. Los tres se inclinaron ante el Señor Jesucristo y con ellos el mundo entero también.

Después el Ángel les reveló otro camino de vuelta. Los Reyes no deberían volver a ver a Irodes. El Rey que quería saber el lugar del nacimiento del Rey de Israel y matarlo por el miedo y envidia. Así los tres Reyes fueron los testigos de Encarnación de Dios. Más tarde los mismos Reyes fueron bautizados por el apóstol Tomás.
En el recuerdo de este acontecimiento, una noche antes de Navidad, es la Nochebuena donde todos nosotros esperamos en el cielo nocturno la primera estrella. Y damos a todos los seres queridos regalos de Navidad. También en la nochebuena cantamos en la Iglesia cánticos navideños anunciando el nacimiento de Jesús nuestro Salvador. El día de celebración de la Navidad ortodoxa es el 7 de enero. La gran fiesta está anticipada por la vigilia de 40 días. Al octavo día de Navidad se celebra la circuncisión del Señor.

Tropario, canto 4:

"Tu nacimiento, Cristo nuestro Dios, ha mostrado al mundo la luz de la sabiduría. Porque los que adoraban las estrellas, fueron enseñados por una estrella a adorarte. Oh, Sol de la Justicia, Y saber que tú viniste del oriente de las alturas. Oh Señor, gloria a Ti."

Condaco, canto 3:

"Hoy la Virgen se dirige hacia la gruta para dar a luz inefablemente al verbo de Dios que existe antes de todos los siglos. Alégrate tierra entera, canta de gozo con los ángeles y los pastores, al oír que Dios que existía antes de todos los siglos ha querido aparecer como un tierno niño."